¿Cómo combatir la soledad no deseada en personas mayores?

    La soledad no deseada es un sentimiento que padecen muchas personas mayores y que puede generar consecuencias negativas sobre su calidad de vida o su salud. Por lo tanto, es importante entender cómo las empresas de la silver economy pueden actuar para contribuir a la reducción de este sentimiento. Se propone también aumentar el valor aportado a las personas mayores, ampliando el abanico de acciones posibles para combatir su soledad no deseada, mediante una mejor evaluación de las soluciones existentes y la investigación sobre soluciones innovadoras.

Muchas personas mayores, independientemente de su situación de convivencia, experimentan sentimientos de soledad no deseada en algún momento de su vida. Según el informe “La soledad en las personas mayores: prevalencia, características y estrategias de afrontamiento” realizado por la Fundación La Caixa, más del 68% de las 14.000 personas mayores entrevistadas por la fundación experimentaban en alguna medida sentimientos de soledad no deseada. En el 14,8% de la muestra esa experiencia de soledad se podía calificar de grave o muy grave.

Es importante diferenciar entre la soledad y el aislamiento social:

• El aislamiento social es la falta sustancial de contactos sociales y puede medirse de manera objetiva.

• La soledad no deseada es un sentimiento subjetivo, de no tener la cantidad o calidad deseada de relaciones sociales.

De forma más general, la soledad no deseada se puede definir como: “La experiencia personal negativa en la que un individuo tiene la necesidad de comunicarse con otros y percibe carencias en sus relaciones sociales, bien sea porque tiene menos relación de la que le gustaría o porque las relaciones que tiene no le ofrecen el apoyo emocional que desea”.

Las personas mayores de 65 años que viven solas en España son 2.131.500 (según datos del INE, 2020), representando más de un 43% del total de personas que viven solas (4.889.900 personas). Como se puede apreciar en el gráfico, la mayoría de las personas mayores de 65 años que viven solas son mujeres, aumentando su peso especialmente en la franja de más de 80 años.



La tendencia es que todas estas cifras vayan en aumento y cada vez más personas, también más personas mayores, vivan solas. No obstante, vivir en soledad es una realidad compleja que no se debe simplificar en base a datos cuantitativos: la soledad puede ser vivida de muchas formas y no siempre es negativa. La soledad elegida no supone un problema, pero la soledad no deseada sí que tiene consecuencias negativas para la persona que la sufre.

También existen personas que viven acompañadas y, sin embargo, se sienten solas, a menudo con un sentimiento de exclusión y de falta de conexión con lo que les rodea (sociedad, entorno, familia, lugar en el que viven…).Por lo tanto, se habla de soledad como sentimiento, expresado en términos como “me siento sola, me siento solo”. Ese sentimiento de soledad es negativo para la salud física y emocional de la persona, y es susceptible de afectar a personas de todas las edades. El sentimiento de soledad tiene mucho que ver con la valoración que las personas hacen de las relaciones que tienen y con el grado de satisfacción que les generan. Puede agudizarse cuando una persona conserva algunas relaciones, pero ha perdido las más significativas e importantes para ella.

El envejecimiento de la población puede acentuar situaciones de soledad, pero existen otros factores sociales y estructurales que han contribuido a su aumento también en otros tramos de edad: cambios en el estilo de vida, sociedades más compartimentadas e individualistas, ritmos de vida más acelerados, crecimiento de las ciudades y despoblación del medio rural. Por lo tanto, la soledad no deseada es un problema social y sanitario que afecta cada vez a más personas en Europa y en España. Supone una fuente de sufrimiento, limita el derecho de participación en la sociedad y tiene consecuencias negativas en múltiples aspectos de la vida, generando costes sociales. Además, tanto el aislamiento social como la percepción de soledad tienen efectos especialmente perjudiciales en la salud física y mental de las personas mayores, afectando a nivel mundial hasta a la mitad de este grupo social.

En esta línea de análisis, algunos estudios sugieren que la soledad no deseada contribuye significativamente en mayor medida a los síntomas de depresión y a los trastornos del sueño en las personas mayores que el aislamiento social objetivo. Además, se reconoció que las personas mayores con una autoevaluación pesimista de su salud, a menudo deprimidas o con problemas emocionales, tienen un mayor riesgo de mortalidad.

Las personas que experimentan soledad, como cualquier otra emoción negativa, en general tratan de aplicar estrategias para afrontar esta situación o minimizar los efectos negativos. Es decir, la soledad es un estado que la persona trata de gestionar con mayor o menor éxito. Sin embargo, las estrategias que las personas mayores aplican para abordar y gestionar la soledad minimizando sus consecuencias más negativas pueden ser muy variadas. Se pueden destacar tres como las más frecuentes:

• Estilo proactivo: agrupa las estrategias mediante las que las personas tratan de afrontar los sentimientos de soledad dando una respuesta activa, tomando la iniciativa para hacerles frente. La persona pone en marcha estrategias como cambiar sus pensamientos y emociones, aumentar la actividad fuera del hogar, buscar el contacto social, participar en proyectos...

• Estilo pasivo: hace referencia a estrategias que no tratan de cambiar la situación que genera sentimientos de soledad. La persona percibe esas situaciones como poco modificables y opta por aceptarlas tal como son y por resignarse ante la presencia de la soledad, o asumir que es algo propio de la vejez.

• Visión positiva: las personas con una visión positiva de la soledad suelen ser, por lo general, individuos que se sienten bien estando solos, que realizan actividades solitarias que les son gratificantes (leer, escribir, escuchar música, pasear...); es decir, aprovechan las oportunidades que brinda la soledad. Así, la persona que aplica estas estrategias intenta disfrutar la soledad o invertir su tiempo en actividades satisfactorias que no impliquen la compañía de otros.

Entre las personas mayores participantes en el estudio mencionado previamente de la Fundación La Caixa, el tipo de afrontamiento más frecuente fue el proactivo (con una media de 6,90 sobre 10 puntos), seguido muy de cerca por la visión positiva (puntuación media de 6,82 sobre 10). Las estrategias menos utilizadas fueron las de estilo pasivo, con una media de 5,18 sobre 10. En otras palabras: las personas mayores en su mayoría luchan por afrontar la soledad y salir de ella, aunque algunas se resignan a su situación.


CONSECUENCIAS DE LA SOLEDAD

En la salud física, numerosos estudios indican que la soledad incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, empeora la nutrición, incentiva el aumento de la obesidad y el abandono de la actividad física, aumenta las visitas al médico y las hospitalizaciones. Igualmente tiene un efecto pernicioso en la salud mental: aumenta el riesgo de depresión y ansiedad, altera el sueño, e incrementa el riesgo de demencias.

Para poder solventar estas consecuencias negativas para las personas mayores es necesario intervenir en diferentes aspectos del problema:

• Detección de la soledad no deseada.

• Sensibilizar a la sociedad.

• Prevención.

• Intervención.

En Francia, 3.600.000 personas tienen más de 80 años, una cifra que los demógrafos avanzan que en 20 años se doblará, siguiendo la misma tendencia de otros países europeos como Bélgica o el Reino Unido. La media del coste de una plaza en una residencia geriátrica en Francia es de 2.800 euros al mes, mientras que la pensión media ronda los 900 euros. Por ellos, muchas personas mayores viven solas y no disponen de la suficiente ayuda en su día a día.

Iniciativas sociales como el Programa Rzadowy, subvencionado por el gobierno polaco, tiene como fin impulsar aquellas actividades, talleres, clases y cursos de formación enfocados a personas mayores y basados en sus intereses, de los cuales se informaron previamente. Crearon así diferentes actividades adaptadas a las necesidades de las personas mayores, cubriendo sus principales intereses y llevándose a cabo en un ambiente accesible y relajado para que pudiesen estar cómodas. Además, las radios polacas crearon y emitieron programas para atraer y conectar a las personas mayores que estuviesen interesadas.

 

En España encontramos otro ejemplo que permite a las personas mayores seguir accediendo y disfrutando de los servicios ofrecidos por empresas son los programas de viaje adaptados a personas mayores como el programa Jóvenes +60 de Viajes El Corte Inglés. En este programa se incluyen diferentes viajes adaptados a las necesidades de las personas mayores, permitiéndoles además realizarlos en grupos, fomentando que sigan disfrutando del turismo y manteniendo un círculo social con el que viajar. Además, incluyen ofertas y posibilidades de colaboración con instituciones como el Imserso que facilitan el desarrollo de estos viajes y permiten ofrecer ofertas aún más económicas para las personas mayores con pensiones más ajustadas

En las últimas décadas ha crecido exponencialmente el uso de las tecnologías y las relaciones a través de una pantalla. Aunque las personas más jóvenes tienen mayor facilidad para adaptarse a estos cambios y han crecido en un ambiente de tecnología, las personas mayores han encontrado una barrera adaptativa mayor para aprender a usar estas nuevas aplicaciones y servicios. En este contexto nace Komp, un ordenador portátil con un solo botón diseñado por la start-up noruega No Isolation con el fin de conectar a las personas mayores con sus familiares evitando así llegar a una situación de soledad no deseada. Las personas mayores únicamente necesitan pulsar el botón de Komp para realizar una videollamada con sus personas más allegadas. De este modo y de una manera intuitiva, este nuevo producto permite acercar a las personas mayores no solo a las nuevas tecnologías, sino también a sus familiares, permitiéndoles así fomentar esa interacción social tan necesaria para evitar una situación de soledad no deseada

La start-up valenciana Supernieto nace con el fin de conectar a personas de confianza con personas mayores para mejorar su calidad de vida, ayudarles con la tecnología y aportarles independencia en el día a día mientras les hacen compañía. Supernieto cuenta con más de una treintena de familias que han probado su funcionamiento. El programa es un mediador entre la persona “cuidadora” y la persona mayor. La persona cuidadora cobra por atender a la persona mayor un precio que oscila entre los 10 y los 20 euros por hora y que establecen, de mutuo acuerdo con las familias. Según afirman, no les faltan personas jóvenes interesadas en colaborar: todas aplican en la plataforma y para convertirse en “cuidadoras” pasan por un “exhaustivo proceso de selección que ha diseñado la psicóloga del equipo”. Exploran “la trayectoria vital” de sus personas candidatas y se aseguran de escoger a aquellas más cualificadas y acordes para este trabajo.

 

En El Algar Mediterranean Senior Living hemos estudiado e investigado mucho tiempo sobre la situación actual de los seniors en nuestro país: su nivel de ingresos, sus necesidades habitacionales, sociales y de salud, la incidencia que tienen en su bienestar el clima, la seguridad, contar con una red de apoyo de personas afines y poder mantener su independencia y autonomía el mayor tiempo posible. Por estos y otros motivos, decidimos que el mejor proyecto era un complejo de co-living senior: nuestros bungalós, modernos y equipados pero abiertos a la personalización de cada habitante, los servicios incluidos en la cuota mensual, los clubes de actividad y la organización comunitaria, la disponibilidad de manutención y ocio, atención médica y wellness, cultura y transporte, nuestro mini-golf único en la zona, la cercanía a playas y ciudades, el entorno tranquilo y natural que nos rodea, la calidad del aire y las horas de luz solar con las que contamos en nuestra tierra… Y contar con los servicios de cuidados y atención a la salud física y mental en un mismo recinto, por si en un futuro nuestros asociados los necesitan.

Todo hace de nuestro Senior Community un entorno ideal para vivir, descansar, disfrutar, de esta época vital. 

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