La jubilación viene acompañada de diversos cambios en
nuestro estilo de vida, así como en la forma en la que solemos mirar el futuro.
Es la última etapa de nuestras vidas y de nosotros depende pensar en ella como
una etapa gris o como la mejor de nuestra vida. Si bien es cierto que nuestra
salud jugará un papel esencial en esta proyección, podemos trabajar en ella en
muchos sentidos: cuidar nuestra alimentación, realizar ejercicio físico, tener
al día reconocimientos y visitas médicas…
Obvio, ¿no?
Pero también debemos mimar
nuestra salud mental, mantenernos activos y motivados, disfrutar nuestros
hobbies y aficiones y descubrir otros nuevos, socializar adecuadamente y
combatir la soledad, quizá estudiar o aprender a tocar un instrumento musical,
jugar juegos de mesa, participar de clubes de intereses y actividades con otras
personas afines, vivir en un entorno seguro, formar parte de una comunidad,
colaborar y ayudar a cuidar nuestro entorno, viajar o realizar excursiones,
disfrutar del movimiento y rodearnos de naturaleza, leer a diario, estimular
nuestro cerebro con nuevos retos, formar parte de algo que nos haga felices.
La palabra jubilación está emparentada con júbilo, o sea,
alegría. Supone la culminación de una etapa de compromiso social y
familiar para pasar a otra en la que nos encontramos liberados de estas
expectativas y obligaciones, de los horarios estrictos y los objetivos
laborales, de los jefes y la oficina, de tantos deberes diarios.
Hay quien vive este cambio de forma no tan positiva, por
la disminución de la vida social, de nuestras capacidades económicas y físicas,
o del rol que tenemos en la sociedad, entre otros. Algo que puede generar
desencanto y malestar en muchas personas, llevando incluso a estas personas a
estados psicológicos muy negativos. Todos hemos conocido a personas que se
deprimieron tras la jubilación, o que empezaron a encerrarse en casa y
marchitarse dentro de unas rutinas nada alentadoras, levantándose tarde y mirando
en exceso la televisión.
Pero también conocemos a muchas personas que, tras
jubilarse, nos sorprendieron con una talento oculto para la pintura o
estudiando una nueva carrera universitaria, que aprendieron a bailar y salían
cada fin de semana con un grupo de personas para hacer senderismo, que
empezaron a viajar y a conocer gente con la que organizaron clubes de lectura o
gourmet, que hicieron el Camino de Santiago tres o cuatro veces seguidas o se
aficionaron a montar en moto, a hacer submarinismo o escalada, aprendieron
idiomas o escribieron un poemario que publicaron con una editorial social.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA AFRONTAR DE LA MEJOR MANERA EL
PERIODO DE NUESTRA JUBILACIÓN?
Contrario a lo que podemos pensar en un primer momento,
el periodo de la jubilación puede suponer una etapa de crecimiento personal, de
reencuentro con nosotros mismos, así como la oportunidad de realizar aquello
que, debido a nuestras responsabilidades laborales del pasado, no pudimos
llevar a cabo por falta de tiempo o ganas.
De ahí que pueda decirse que la jubilación es el tiempo
ideal para dejarnos llevar por nuestras aficiones, para mejorar nuestras
relaciones y, por qué no, para desarrollar algún deporte o actividad física.
Y, para lograr un verdadero bienestar, es necesario que
mantengamos una óptima comunicación y relación con nuestro entorno cercano, y
que dispongamos de la estabilidad económica merecida después de tantos años de
trabajo y planificación financiera.
LAS VENTAJAS ECONÓMICAS DE LA JUBILACIÓN
Existen multitud de facilidades económicas para personas
jubiladas, pudiendo obtenerse jugosos descuentos para ir al cine, museos,
diferentes espectáculos, exposiciones, transportes, telefonía e incluso,
viajes. Así, si siempre ha sido tu pasión viajar, ¿por qué no aprovechar el
tiempo de tu jubilación para ello? Si no puedes eliminar ciertos gastos de tu
día a día, convertirlos en comunitarios es una buena opción: mejorar tu calidad
de vida, compartiendo gastos como internet, electricidad, seguridad, mantenimiento,
seguros, etc.
BIENESTAR EN LA JUBILACIÓN
Una de las mejores formas en las que puedes ver el
periodo de tu jubilación es el de unas vacaciones muy bien ganadas
después de décadas de trabajo. Es por ello que la principal finalidad de esta
etapa será la de disfrutar, de vivir un tiempo de bienestar como tal vez no
pudimos hacerlo antes. Y si esto lo haces en un entorno moderno, seguro, con
multitud de servicios a tu alcance, asistencia médica, psicológica, de
enfermería y fisioterapia, con actividades y clubes de intereses diferentes, en
un entorno natural, con un clima envidiable y disfrutando del sol y la
tranquilidad, con una alimentación mediterránea y equilibrada y con acceso a la
ciudad, la playa, la montaña, la cultura, actividades lúdicas y rodeado de
personas como tú, con un espacio donde vivir que sea nuevo y eficiente, ¿qué
más podrías pedir?
Anímate a salir al mundo y aprovechar todas las
oportunidades que te brinda, no dejes de cuidarte física y mentalmente y
disfruta una estabilidad económica conseguida a base de ese pequeño esfuerzo
ahorrador durante la etapa laboral que ahora te permite afrontar esta nueva
etapa como una fantástica ocasión de vivir sin obligaciones y con todos los
servicios y ayudas que quieres y necesitas.
RUTINAS SALUDABLES
Teniendo más tiempo, puedes incluir una serie de rutinas
en tu vida diaria para mantenerte sano y en forma; no sólo hablamos de
ejercicio y deporte, que son absolutamente esenciales, sino de hábitos
saludables en temas de wellness, estética, formación, aficiones… Que
desarrollen tu cuerpo, tu mente y tu alma.
CUIDA DE TU SALUD, TANTO FÍSICA COMO MENTAL
Esto es algo primordial, tanto en la jubilación como en
cualquier etapa de la vida. Al cuidar de nuestra salud física y mental, nos
encontraremos en el mejor estado posible, con lo que, a su vez, podremos
disfrutar al máximo de aquello que la vida nos tiene deparado. La salud mental
se equilibra también con nuestro entorno y, en ocasiones, las personas mayores
se ven desprovistas de su red familiar o de amistades, lo que provoca la
soledad no deseada.
Uno de los principales pilares de la felicidad es formar
parte de un algo, el sentimiento de pertenencia. Vivir en comunidad con tus
semejantes puede ser un acicate maravilloso para sentirte mejor, para realizar
actividades, compartir tiempo y enriquecer tus horas. Ayudar, escuchar,
compartir, organizar, asistir, jugar… en compañía es una receta infalible para
sentirnos bien y no sucumbir a la negatividad.
ALIMÉNTATE CORRECTAMENTE
La alimentación forma parte de una salud integral.
Por ello, para disfrutar al máximo de nuestra jubilación, podría ser una buena
idea el contar con un nutricionista para llevar un plan de alimentación acorde
con nuestras necesidades (recordemos que éstas son diferentes en función de
nuestra edad, estilo de vida, actividades, etc.). Menús saludables,
equilibrados, variados y adaptados, productos frescos y de temporada, cocinados
de la manera correcta y en las cantidades adecuadas. Atrevernos a probar cosas nuevas,
disfrutar de aquellas que más nos gustan. Y por qué no, cocinar. ¡O aprender a
hacerlo! Nunca es tarde…
REALIZA ACTIVIDAD FÍSICA
Muchas personas, al jubilarse, terminan por olvidar la
importancia de la actividad física o bien, consideran que ya no cuentan “con la
edad” como para llevar a cabo actividades físicas con frecuencia. Sin embargo,
este es un grave error: la actividad física es necesaria para mantenernos en un
estado de bienestar. Se sabe que el ejercicio mejora la producción de
sustancias como la oxitocina y la serotonina, ambas relacionadas con estados de
humor positivos, previniendo el decaimiento y contribuyendo a una mejor salud
mental, también.
MANTÉN COMUNICACIÓN CON TUS SERES QUERIDOS
El ser humano, durante toda su vida, necesitará de
comunicación con otros como él. Y esto no es diferente durante la jubilación.
Si bien, como hemos comentado, puede suceder que el círculo social se vaya
estrechando con el paso de los años, esto no significa que tengamos que vivir
aislados del mundo.
Planea visitas a tus familiares, habla por teléfono con
ellos, realiza actividades en conjunto con tu pareja o amigos, en suma,
mantente siempre conectado. Recuerda que dispones de más tiempo para poder
apoyar y acompañar a aquellos que más quieres, y también para entablar nuevas
relaciones, ayudar en una ONG, compartir tiempo con personas distintas, etc.
Todo esto forma parte de la filosofía fundamental de
nuestro proyecto, El Algar Mediterranean Senior Living. Y nos encantaría
que formaras parte de él.
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