OTOÑO SENIOR

        El otoño se caracteriza por ser una época donde las temperaturas empiezan a descender, la luz solar disminuye, las lluvias se vuelven más habituales, y se experimentan varios cambios en el entorno como la caída de las hojas de los árboles. Esta estación del año provoca un efecto melancólico y de bajada de defensas en muchas personas.

Pero, a su vez, el otoño es una estación llena de guisos, cosecha, música, chocolate caliente y reuniones en torno a una mesa, una estación que invita a la lectura, a estudiar cosas nuevas, a la creatividad, al cine o a engancharse a nuevas series, a disfrutar al aire libre con el alivio del calor estival, a pasear con nuestras mascotas, a tejer o ir a tomar una café con leche con las amigas, una estación en la que podemos practicar deportes como los bolos cartageneros o la petanca, pues en nuestra Región el otoño es cálido y templado, con muchas horas de luz solar.



Con todo esto, vamos a compartir información esencial para protegernos durante el otoño y disfrutar de esta maravillosa época del año.

Los seniors en otoño.

Para muchos de nosotros, el otoño es un momento crucial para prepararnos de cara al invierno. También es cierto que debemos tener especial cuidado con algunas complicaciones que pueden aparecer si somos personas dependientes durante esta estación del año.

Otoño: la estación de las ilusiones.

El otoño es un gran momento del año para iniciar nuevos proyectos y retomar los antiguos. Volver a empezar esos ejercicios que dejamos de lado por el calor, empezar algún curso u otro tipo de estudios, iniciar una actividad que no hayamos probado nunca… En resumen, aprovechemos para disfrutar al máximo del tiempo libre y hacer todo lo que nos apetezca para ejercitar el cuerpo y la mente.

Además, también es una época hermosa para socializar con otras personas, con reuniones en casa o en locales sociales, en la biblioteca, en el aula de formación o en la plaza aprovechando el solecito matutino.

 Otoño: estación melancólica.

Sin embargo, durante el otoño, cada vez parece que nos cuesta más salir al exterior a causa del descenso progresivo de las temperaturas. Cabe recordar que los seniors somos más sensibles al frío y que la falta de luz solar puede conducir a la depresión o a la distimia (trastorno del estado de ánimo crónico con características similares, pero menos severas, que las del trastorno depresivo).

Además, debemos ir con especial cuidado con las enfermedades más frecuentes del otoño, sus efectos depresivos y las complicaciones en enfermedades crónicas.

Enfermedades más comunes en los seniors durante el invierno

Dentro de las enfermedades más comunes, también debemos preocuparnos de ciertas enfermedades comunes que se hacen más frecuentes según la época del año y que pueden suponer un riesgo para nosotros los seniors.

El otoño es una época donde se hacen más propicia la aparición de enfermedades respiratorias como la gripe. Por estos motivos, debemos extremar las medidas de prevención básicas en nuestro entorno:

·        Lavarnos las manos con frecuencia.

·        Taparnos la boca y la nariz al estornudar (¿Os acordáis que en pandemia aprendimos a hacerlo usando la flexura del codo? Pues así debería ser siempre).

·        Utilizar pañuelos desechables y tirarlos a la basura inmediatamente.

·        Ventilar las habitaciones y las salas abriendo las ventanas. Airear y solear nuestras estancias es esencial, siempre, pues también evitaremos la proliferación de los ácaros del polvo común ayudando a reducir alergias e infecciones.

·        No compartir vasos, cubiertos, toallas y otros objetos susceptibles a propiciar contagios.

·        Vacunarnos si somos mayores de 60 años de la gripe y el neumococo.

Además, las caídas en invierno y otoño se vuelven más frecuentes: por la lluvia, las hojas caídas, el entumecimiento muscular por el frío o por la falta de actividad… Por ello, debemos mantener una vida activa y rechazar de plano quedarnos sentados todo el día bajo una manta.

Hacer ejercicio dentro y fuera de casa, solos o en compañía, cada uno en la medida que nos sea posible, asistir a clases dirigidas de yoga, tai-chi, pilates o cualquier otra disciplina, apuntarnos a clases de baile o gimnasia para seniors, salir a caminar a diario, mantener reuniones sociales para actividades lúdicas y de ocio… Todo esto nos ayudará a mantener un adecuado estado de salud física y emocional, a fortalecernos frente a la llegada de la época más fría y a tener una calidad de vida mayor.

Por esto mismo, el otoño es un momento crucial para prepararse para el invierno.

A parte de seguir las medidas de prevención básica, también debemos incentivar el envejecimiento activo para evitar el sedentarismo el aislamiento y la soledad. Debemos unir ejercicio físico, ejercicio mental y ocio. La actividad física ayudará a mantener fuerte la masa muscular para prevenir caídas y a mejorar la osteoporosis. La actividad mental le ayudará a detener el deterioro cognitivo y a mejorar los síntomas de la demencia.



Además, el otoño ya es una época fría, por este motivo debemos controlar la temperatura corporal y evitar los cambios bruscos de temperatura, ya que la capacidad de nuestro cuerpo de autorregular la temperatura se va perdiendo con los años y tenemos más probabilidades de enfriarnos.

Cuidado de la piel de los seniors en otoño.

La piel, con el paso de los años, es más frágil, seca y elástica. Esto favorece el riesgo de sufrir lesiones e infecciones. Además, durante el invierno, la piel se vuelve aún más delicada a causa de la pérdida de colágeno y fibras, produciendo piel seca, arrugas y favoreciendo la aparición de manchas.

Por estos motivos debemos mantener un cuidado especial de la piel para protegerla de los efectos del aire frío, la humedad y las bajas temperaturas.

Algunas recomendaciones para extremar el cuidado de la piel durante el otoño son:

·        Garantizar la hidratación del mayor. Mínimo 2 litros de agua diarios.

·        Aplicar abundante crema hidratante para favorecer la hidratación.

·        Aseo diario de la piel, sobre todo en personas con piel escamada.

·        Garantizar un buen descanso, durmiendo las horas necesarias por la noche.

·        No salir a la calle en los momentos de más frío. Debemos aprovechar las horas centrales del día, cuando las temperaturas son más suaves.

·        Salir a la calle siempre bien abrigados y protegiendo las manos con guantes, el cuello con una bufanda y la cabeza y las orejas con un gorro.

·        Utilizar zapatos antideslizantes tanto en casa como en la calle para prevenir caídas.

·        Asegurarnos de secarnos bien al salir de la ducha, mediante toques suaves con la toalla para evitar la fricción.

·        Mantener una dieta saludable y equilibrada.



Alimentación para la tercera edad durante el otoño

La alimentación también juega un papel muy importante en nuestra salud y bienestar durante las épocas de más frío.



Hemos preparado una serie de consejos para que nuestra alimentación en otoño sea lo más saludable posible:

·        Realizar mínimo 5 comidas diarias, evitar los atracones.

·        Garantizar que las comidas sean fáciles de digerir como sopas, pescado o verduras cocidas.

·        Asegurar nuestra hidratación. Consumir mínimamente 2 litros de agua y se puede complementar con zumos, infusiones o sopas como fuente extra de energía.

·        Aumentar el consumo de alimentos que proporcionan una gran cantidad de vitaminas como cítricos, verduras de hojas verdes y el pescado.

·        No descuidar las legumbres, ya que son una gran fuente de hierro y proteína que nos aporta resistencia física contra infecciones.

·        Añade alimentos antioxidantes en la dieta para luchar contra los efectos del envejecimiento. Los puedes encontrar en verduras como el tomate y la remolacha o frutas como los arándanos.


NOTA: Esta información es orientativa. Siempre recomendamos seguir las indicaciones de nuestro médico y acudir al nutricionista si es necesario.

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